Este año he tenido el privilegio de participar en la vendimia de Sifer Wines, como ya sabemos, la vendimia es uno de los procesos más cruciales dentro de la elaboración del vino, para contextualizar esto hemos de saber que la vendimia no comienza cuando el primer jornalero corta el primer racimo, una buena vendimia comienza con su correcta planeación, han de tenerse en cuenta los objetivos de la producción, es decir, lo que queremos lograr con los vinos de este año, es así como empezó la vendimia en Sifer de este año.
Existen muchas formas de realizar la vendimia, puede que casi tantas como viñedos existan, para nosotros la vendimia como todos los procesos de la elaboración del vino, es algo que ha de hacerse con mucho cuidado y mucho cariño, es también un proceso familiar, en el que principalmente colaboran miembros de la familia Orengo, profesionales del campo y amigos.
Como antes he comentado, nuestra vendimia comienza con su planeación, este año hubo que enfrentarse a varias decisiones, todas ellas bien tomadas entre los miembros de la familia y el enólogo Josep Trallero, quién ha liderado la vendimia y gracias a lo cual esperamos que este año resulte en unos vinos buenos y especiales.
Según los planes la vendimia había de realizarse en jornadas intensivas durante varios días espaciados entre si, por tanto aunque tuvo una duración de varias semanas, el trabajo grueso de recolección se hizo en 4 días. Habíamos de estar en el viñedo a las 8 de la mañana, lo cual no es una hora sencilla debido a la ubicación del mismo, estamos hablando de un trayecto de casi una hora desde la casa de la familia y el viñedo, además para el enólogo supuso un esfuerzo mayor ya que se desplazaba desde más lejos. Sin embargo, tanto jornaleros como la familia y el enólogo han llegado a tiempo y con mucho animo, enseguida se dieron las instrucciones de lo que habíamos de vendimiar y nos pusimos manos a la obra.
Pese a que es sabido que la vendimia también representa un trabajo arduo, nosotros lo disfrutamos mucho, en lo personal es un momento muy romántico, poder estar en presencia del fin y el inicio de la creación de algo, el fin de un ciclo en el trabajo del campo, de meses mirando previsiones, mirando el tiempo, observado el viñedo, trabajando en cada momento del año con las cepas, cuidando de ellas, mimándolas, para finalmente ver la uva en el punto deseado y poder recolectarla. Es aquí dónde este producto de la naturaleza ayudado por el hombre a nacer, crecer y madurar, emprende un camino diferente, pero igual de mimado, hasta convertirse en uno de nuestros vinos.
La vendimia es también un proceso gratificante, lo es porque nada más grato que poder ver que el fruto del esfuerzo de muchas personas tiene un sentido, poder el apreciar la dedicación de las personas en el campo, de la familia Orengo y del enólogo, empujados todos por el amor al vino y a la naturaleza es además motivador.
Durante la jornada se respira también un ambiente de mucha camaradería, se nota que es gente que le gusta lo que hace, que lo han hecho siempre y sobretodo han comprendido el valor que tiene aquello que hacen, tanto a mi como a mi hermano con quien acudí a la vendimia, nos han acogido como uno más, compartiendo sus experiencias, sus conocimientos y sobretodo su cariño.
Hemos compartido con vosotros esta entrada para que podáis comprender mejor el gran valor que le damos a todos los procesos de la elaboración del vino, para que también podáis conocer más la empresa y que os sintáis libres de poder compartirnos vuestras dudas o inquietudes, es siempre alentador poder compartir con personas apasionadas y más aún si compartimos la misma pasión, como en este caso, nuestra pasión por el vino.
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