Durante estos días, y en algunos casos hasta entrados octubre, se está terminando de vendimiar en la mayoría de los viñedos, es este uno de los momentos en el que mayor interacción existe entre payeses y bodegueros, entre agricultores y enólogos. Es también un proceso de traspaso, se lleva el fruto del trabajo y el esfuerzo de todo el año, la uva, a bodegas, donde como a un ser pequeño y querido, se entrega con un poco de celo y mucha ilusión a bodegueros y enólogos para completar su cometido.
Una vez la uva ha entrado en bodega, le espera un largo camino hasta convertirse en el producto deseado, es aquí donde el conocimiento, la experiencia y el cariño que el enólogo invierta resultarán cruciales para la consecución de un buen vino.
En Sifer Wines contamos con grandes profesionales del sector, tanto en viña como en bodega, pero sobretodo, tenemos el respaldo de buenas personas, que trabajan con honestidad y respeto absoluto al campo, a su fruto y al vino. Es por ello, que aunque el traspaso de la uva, del viñedo a la bodega, en nuestro caso es también un gran esfuerzo, tenemos la confianza de que en todo momento la uva es tratada con la máxima calidad y sin reparar en mimos, esto se traduce en cuidar que esté correctamente almacenada, en cajas pequeñas para evitar el apisonamiento accidental, que siempre se vigile la limpieza e higiene de la misma y sobretodo, siempre vigilando la correcta temperatura para evitar el arranque involuntario de la fermentación.
Recibir la uva en bodega, para unos viñedos representa un trayecto corto, sobretodo si se tiene la bodega en viña, para otros, se ha de transportar la uva a la bodega, esto dependerá de muchos factores, en bodegas grandes, se compra la uva a distintos productores y se lleva a bodega desde distintos orígenes, en otros casos el viñedo puede tener bodega in situ si las condiciones del terreno se lo permiten, y algunos otros casos, como el nuestro, en el que nuestro terreno está enclavado en una superficie de difícil acceso y dónde queremos respetar el entorno natural, hemos de trasladar la uva en un largo trayecto a bodega.Sin embargo, invertimos los recursos necesarios para que nuestra uva, proveniente de un “terroir” único, llegue en óptimas condiciones
a bodega.
Antes de continuar con la descripción de los primeros pasos en bodega, me gustaría parafrasear a un propietario vinícola de la zona, que aunque en sus palabras, los documentos son lo que le hace “propietario”, el se enorgullece más de seguir siendo un “pagés”. La frase viene de un hombre que además de hablar del campo y del vino, nos ilustra con pinceladas de historia y de poesía, para este “Pagés”, “el vino es como un hijo, dónde la tierra, con todas sus aportaciones de humedad, mineralidad, salinidad, etc. es la madre del vino, y el sol, con todo lo que provoca, su entorno, el aire, el calor, el frío, es el padre del vino”. Con esta analogía podremos comprender mejor como funcionan e interactuan todas las partes en este proceso, por un lado tenemos el amor, el cariño y el celo del fruto obtenido de la tierra y por otro la disciplina, la concentración y el esfuerzo que también han de imprimirse en bodega.
Después de una larga travesía, la uva finalmente llega a bodega, es realmente emocionante ser testigo de como empiezan a conectar todas las partes del proceso y poco a poco aquellos granos que un día eran solo granos y ahora son espléndidos frutos de la tierra se convertirán en un vino excelente.
